martes, 3 de marzo de 2009

La ESCAFANDRA del optimista

el pasado 15 de febrero apareció en el País Semanal (nº1690), sección intro Psicología, un artículo escrito por Francesc Miralles, titulado 'LA ESCAFANDRA DEL optimista'. en este artículo se trata como el <>, aporta libros, películas y discos que ayudan a alimentar la energía positiva y pasa rápidamente por diferentes corrientes optimistas que han venido sucediéndose desde que el mundo es mundo. para invitaros a la reflexión he recogido un fragmento del artículo que recoge diferentes citas realizadas ante diferentes propuestas aparentemente imposibles que acabaron por hacer historia. el artículo completo se puede leer en el siguiente link www.elpais.com/articulo/portada/escafandra/optimista/elpepusoceps/20090215elpepspor_6/Tes

la ciencia de los imposibles
"El fracaso es la autopista al éxito" (Og Mandino)


Sin sufrir las peripecias de Cándido ni caer en el síndrome de Poliana, numerosas personalidades han utilizado la escafandra del optimismo para sumergirse en retos que no parecían estar a la altura de los mortales.

Cuando se habla de emprendedores inmunes al desánimo se suele citar a Thomas A. Edison, que quemó decenas de miles de bombillas hasta lograr que se hiciera la luz. Se cuenta que, en una ocasión, un discípulo suyo le preguntó: "Maestro, ¿cómo es que después de tantos fallos y errores usted sigue adelante?". A lo que el inventor respondió: "¿Fallos y errores? No conozco estas palabras. Sólo puedo decirte que ahora tengo 912 fórmulas de cómo no hacer una bombilla".

El hecho de que finalmente lo lograra tiene mucho que ver con su convicción de que el genio es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración. Sin embargo, hay una variable más que distingue al optimista que logra sus objetivos: la capacidad de superar lo que en cada época parecía posible y razonable.

Éstos son algunos "imposibles" preconizados por grandes directivos y empresas que hoy nos hacen sonreír:

"El teléfono no puede ser considerado como medio para comunicarse: es un aparato intrínsecamente sin valor" (1876, Western Union).

"La radio no tiene valor comercial. ¿Quién pagaría por un mensaje enviado a nadie en particular?" (1920, Robert Sarnoff, presidente de la RCA).

"¿Quién diablos querrá oír hablar a los actores en el cine?" (1927, H. Warner).

"En el futuro, los ordenadores no pesarán más de 1,5 toneladas" (1945, revista Popular Mechanics).

"No hay ninguna razón por la que las personas tengan un ordenador en casa" (1977, Olsen Digital Corporation).

Algo que caracteriza a los que vencen los imposibles es que combinan esperanza y tenacidad. Están convencidos de lograr sus objetivos, pero también son conscientes de que es algo que sólo alcanzarán tras un sacrificio a la altura de sus aspiraciones.

Un ejemplo claro de estos optimistas proactivos -los que actúan en lugar de reaccionar- es Barack Obama, que afirmaba en su campaña: "El cambio no llegará si esperamos a otra persona o a otra época, porque somos nosotros a quienes hemos estado esperando, nosotros somos el cambio que buscamos".

Pese a los condicionantes de raza, extracción social y juventud que lastraban su candidatura, el ex senador de Illinois no sólo ha barrido todos los imposibles, sino que ha demostrado que el optimismo -sintetizado en su lema "Sí, podemos"- vende más que el miedo.